La Comisión Rectora del FROB ha procedido a la venta de Banco Popular a Banco Santander, ejecutando así la decisión adoptada por la Junta Única de Resolución, tras ser declarada inviable por el Banco Central Europeo (BCE). El Banco de España, en su calidad de autoridad del Mecanismo Único de Supervisión responsable de la aprobación de esta operación, ya ha dado formalmente su conformidad.
La primera consecuencia de la declaración de Banco Popular como “entidad inviable” es que se ha producido la amortización de la totalidad de las acciones ordinarias en circulación, así como de las acciones resultantes de la conversión de los instrumentos de capital adicional.
En conclusión los accionistas del Popular pierden todo el dinero invertido.
¿Qué resulta sorprendente en esta operación?
1. Hace tres meses el BBVA ofreció 3.000.000.000 € por Banco Popular, y dicha oferta de compra fue rechazada.
2. La valoración de Banco Popular en bolsa era de 1.700.000.000 € y Santander lo ha comprado por 1 € con las bendiciones de todos los organismos de control y reguladores nacionales y europeos, sin escuchar a sus accionistas.
Los accionistas han perdido todos sus ahorros, pero pueden recuperar el dinero invertido, según los casos:
1. Los accionistas que suscribieron acciones en la ampliación de capital realizada en mayo de 2016 por importe de 2.500 millones de euros, son los que, con la información del momento, tienen más posibilidades de recuperar su dinero. El motivo es que las cuentas presentadas no son fiables, a falta que CNMV y BE lo confirmen, por lo que el folleto seguramente no reflejaba la imagen fiel del Banco. En este caso se podrá reclamar la perdida sufrida.
2. Los titulares de Bonos Popular que de forma “obligada” canjearon por acciones de la entidad, también podrán reclamar la perdida total de su inversión.
3. La clave para la reclamación masiva por los accionistas afectados, más de 300.000, está en el hecho que Banco Popular se negó a reformular sus cuentas en abril de 2016, precisamente para evitar una causa legal para la reclamación por sus accionistas. Ahora se ha demostrado que no fue más que una estrategia para contener una oleada de demandas de accionistas.
En conclusión, si se acredita que Banco Popular no reformuló las cuentas para maquillar la imagen de solvencia de la sociedad, estaremos ante un caso BANKIA 2.