Un swap es un producto financiero complejo que se contrata con el fin de cubrir las subidas de tipos de interés en productos de crédito, como son los préstamos hipotecarios. Los swaps son productos de crédito, y aunque a veces se entienden como seguros, en realidad son productos muy distintos.
Un swap es un producto derivado cuyo funcionamiento es muy complejo.
Los swaps más comunes son los que se contratan para dar cobertura a las subidas de tipos de interés en operaciones de crédito, también conocidos como swaps de tipos de interés. Este tipo de swaps los ofrecen algunas entidades financieras para cubrir las subidas de intereses en las hipotecas.
Un swap de tipos de interés es un producto financiero complejo mediante el cual dos partes formalizan un acuerdo para un intercambio de dinero futuro. Este intercambio se realiza en base a cobros y pagos pactados que se van acumulando a lo largo de un período de tiempo, y cuyo resultado puede ser a pagar o a cobrar en función de lo acordado en el contrato.
De esta manera, un cliente puede contratar un swap con una entidad financiera pactando una serie de cobros y pagos para cuando un tipo de interés suba o baje de determinado valor, todo ello ligado al capital de un préstamo hipotecario.
El swap financiero de tipos de interés es el más conocido para el público en general. Sirve para cubrir subidas de tipos de interés en operaciones de crédito, como es el caso de los préstamos hipotecarios de interés variable. Su misión es compensar la subida de la cuota mensual del préstamo hipotecario cuando suben mucho los tipos de interés. Esto se consigue “apostando” con un swap a favor de la subida de tipos de interés, lo que implica:
- Cobrar una contraprestación cuando suben los tipos de interés, que sirve para compensar la subida de la cuota del préstamo.
- Pagar una contraprestación a la entidad financiera cuando bajen los tipos de interés, que habrá que sumar a la cuota de la hipoteca.
Por tanto, un contrato swap de tipos de interés podría servir para cubrir la subida de la cuota mensual de una hipoteca referenciada al Euríbor cuando se espera una gran incertidumbre sobre este índice, y existe el riesgo de que suba considerablemente. En función de las previsiones de evolución del índice, cada entidad podrá ofrecer diferentes condiciones para un swap.
Un swap no es un producto para todo el mundo
Como hemos visto, un swap bancario es un producto financiero complejo. Antes de contratarlo como cobertura de tipos de un préstamo hipotecario o de cualquier otra operación de riesgo, hay que echar bien las cuentas y tener claros los escenarios que se pueden producir, para poder tomar la decisión más adecuada y saber hasta dónde puede impactar en el presupuesto.
Hay que tener claro que un swap es un producto de riesgo pero no es un seguro, por tanto, su cancelación anticipada puede conllevar el pago de una importante cantidad de dinero. En estos casos, siempre habrá que seguir lo estipulado en el contrato, pero hay que tener en cuenta que no es un producto cuya vigencia sea anual, es decir, que no se renueva cada año como un seguro, sino normalmente cada más tiempo.
En algunos casos, cancelar un swap de cobertura de tipos de interés puede suponer el pago de varios miles de euros, por lo que antes de contratar uno, conviene valorar muy bien si merece la pena o no y, sobre todo, entender bien el compromiso que se está asumiendo.